¿Por qué el diablo también es una cabra?

En quizás la escena más memorable de La bruja de 2015, la cabra conocida como Black Phillip habla con Thomasin, instándola a firmar el Libro del diablo. Hasta entonces, Phillip no era más que una cabra, claro, una cabra asesina y siniestra, pero solo una cabra. Pero este momento confirma lo que sabíamos que era cierto desde el principio: la cabra es un sustituto de Satanás mismo.

Por supuesto, Black Phillip es solo la versión más reciente de la larga tradición de la cultura popular de representar al diablo como una cabra. La imagen más popular de la cabra satánica se remonta a los siempre misteriosos Caballeros del Templario, quienes fueron acusados ​​de adorar a un ídolo conocido como Baphomet. La sociedad católica romana lo denunció como un demonio que exigía sacrificios humanos, pero pasarían algunos siglos más antes de que la cabra se convirtiera en un símbolo verdaderamente oculto.

En 1854, el ocultista y mago Eliphas Levi dibujó a Baphomet como un hombre alado con cabeza de cabra negra. Escribió que era una fusión del supuesto ídolo templario, más «la cabra infernal» que se encuentra en las representaciones de los sabbats de las brujas, el antiguo dios egipcio «cabra fálica» Banebdjedet y la carta del tarot del Diablo. En sus escritos, Levi describió su dibujo como «la pesadilla», «el monstruo fantástico» y «el fantasma de todos los terrores». Su imagen de Baphomet (que se convertiría en la predeterminada) representaba pura inmoralidad, y estaba inspirada en deidades bajas, insensibles y exigentes.

Y así nació la «cabra sabática». Desde el boceto original de Levi, Anton Lavey adoptó a Baphomet como el sello de la Iglesia de Satanás en 1966, y ha aparecido en innumerables portadas de álbumes de metal. Pero, Baphomet no es la única fuente de inspiración para nuestras representaciones de Satanás en forma de cabra.

También se cree que los primeros cristianos, que buscaban demonizar las tradiciones paganas preexistentes, establecieron comparaciones entre el diablo y el dios griego Pan, que parecía una cabra. Y las cabras tienen mala reputación en la Biblia misma, cuando Jesús aparece en el Día del Juicio para separar los corderos de las cabras. Las «cabras» aquí representan a las personas egoístas, frías e indiferentes que desafiaron la palabra de Dios. Alerta de spoiler: Ellos no escapan del «fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles»

No parece que las cabras vayan a deshacerse de esta reputación diabólica en el corto plazo. Pero, gracias a Internet, sabemos que no son del todo malos.